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domingo, 27 de julio de 2008

Los carbohidratos pueden ser más nocivos para el corazón que las grasas / Carbs may be worse for the heart than fat

Durante años, las personas preocupadas por mantener un peso normal o que tratan de conservar la salud cardiaca, han llevado a cabo sus planes con la idea y la guía de los dietistas de que las grasas son más perjudiciales para el corazón y el peso que los carbohidratos. Sin embargo, la sabiduría convencional pudiera estar errada, pues varios informes recientes indican lo contrario.
A finales del año 2006, un grupo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard volvió a analizar la controversia con respecto a las grasas, los carbohidratos y la salud cardiaca, impulsados por la idea de que posiblemente las dietas con poco contenido de carbohidratos, como la popular Atkins, no son tan saludables como se cree. Y sus hallazgos pudieran conmocionar a quienes aseguraban que las patatas asadas eran mejores que las lascas de queso. Un estudio publicado en la revista New England Journal of Medicine analizó la relación entre las dietas bajas en carbohidratos y los riesgos de contraer enfermedades cardiacas en más de 80.000 mujeres evaluadas durante más de veinte años. Los resultados revelaron que el consumo de dietas bajas en carbohidratos no se asociaba con el incremento de los riesgos de trastornos cardiacos. Después de llegar a tales conclusiones, los investigadores ahondaron más en la cuestión, prestando atención a la relación entre los riesgos mencionados y lo que se conoce como la "carga glicémica" de la dieta, la cual se mide mediante el índice glicémico (IG) de los alimentos, o, dicho de manera más simple, la velocidad y extensión de la liberación de azúcar que se lleva a cabo durante la digestión de un alimento en particular. Usualmente, mientras más alto sea el IG, habrá más secreción de insulina en el organismo, lo cual, a su vez, implica mayores riesgos de problemas de salud, pues la producción excesiva de insulina se relaciona con una mayor presencia de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades del corazón.
Numerosos carbohidratos son ricos en nutrientes y gozan de un índice bajo de IG, como es el caso de varias frutas y vegetales. Sin embargo, los alimentos con gran contenido de almidón que en otro tiempo se aconsejaba consumir en abundancia, como los granos y las pastas, presentan una carga glicémica considerable y el potencial de implicaciones de salud, especialmente cuando se consumen en abundancia.
Entonces ¿esto quiere decir que alguien puede consumir grasas en exceso, con la seguridad de que la posibilidad de trastornos cardiacos es remota? Probablemente no. La mayoría de las dietas que proponen un cambio radical de los hábitos de alimentación son en gran medida perjudiciales, según un buen número de profesionales. Si tienes dudas acerca de lo que debes comer, la práctica de la moderación es la vía más segura a tomar, pues garantiza que el cuerpo recibe todos los nutrientes que necesita para un óptimo funcionamiento.
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For years, people watching their weight or attempting to stay heart-healthy operated under the assumption and guidance from dieticians that fat was worse for their hearts and weight than carbohydrates. However, conventional wisdom just may have been incorrect, as recent reports indicate the opposite.
In late 2006, researchers at the Harvard School of Medicine revisited the controversy regarding fats, carbs and heart health, spurred on by the belief that low-carb diets, such as the popular Atkin's Diet, couldn't possibly be healthy. What they have found just may shock those who thought baked potatoes were better than slabs of cheese. A study published in the New England Journal of Medicine looked at the relationship between low-carbohydrate dieting and heart disease risk in more than 80,000 women assessed over 20 years. The results found that low-carb eating was not associated with an increased risk of heart disease. After coming to these conclusions, researchers further delved by assessing the relationship between heart disease risk and something known as the 'glycemic load' of a diet. Glycemic load is measured by the glycemic index (GI) of food, or more simply, the speed and extent of sugar release from a particular food when digested. Usually the higher the GI the themore insulin secreted by the body and the greater the risks for health problems, since excess insulin production is linked to an increased occurrence of obesity, type 2 diabetes and heart disease.
Many carbohydrates are nutrient-rich and have a low GI, such as several fruits and vegetables. However, it is the starchy staples that the public was once encouraged to eat in abundance, such as grains and pastas, that have a high glycemic load and have the potential for health implications, especially when consumed in abundance.
So, does this mean a person should load up on fats and think heart disease is a distant memory? Probably not. Most diets that propose a radical change of eating habits are largely unhealthy, according to most professionals. If you have any doubts about what to eat, practicing moderation is the safest route to take and one that ensures your body is receiving all of the nutrients it needs to function optimally.

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